Gracias a la intervención de un oficial de la Casa de Contratación, que decide participar particularmente en la misión de Magallanes y Faleiro, estos llegan a exponer su proyecto al Consejo de la Corona de Carlos I. Allí encontrarán un inesperado apoyo: el del obispo Fonseca, que años antes había protagonizado una severa enemistad con Cristóbal Colón, que incluso le llevó a perseguir al almirante.