Lee Salmos 127–128

¿Sabías que fuimos creados para trabajar? Dios diseñó el trabajo como algo bueno, recordándoles a los israelitas: “Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer” (Éxodo 20:9). A través del trabajo, podemos alimentar a los hambrientos, crear hermosas obras de arte, difundir conocimientos, construir hogares y crear productos que sustentan la vida. Sin embargo, nuestra relación con el trabajo, ordenada por Dios ha sido contaminada por el pecado.

El Salmo 127 habla de nuestra relación a menudo frenética e inquieta con el trabajo. El salmo comienza recordándonos que “Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el SEÑOR no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes” (v. 1). Nota que el salmista no dice que el trabajo sea del todo malo. Él no dice: “Dios trabaja y nos cuida, así que es mejor que te vayas a casa y te relajes”. El mensaje del salmo está en el “Si el SEÑOR” lo permite o no. A menos que reconozcamos que nuestro trabajo está en el contexto de la gran obra de Dios. A menos que recordemos que nuestro éxito en todo depende de Dios. A menos que mantengamos a Dios en el centro, nuestro trabajo se vuelve inútil.

Es posible trabajar duro y no lograr nada de valor eterno. El Salmo 127 nos recuerda que debemos orientar nuestro trabajo hacia Dios. Dios está trabajando en el mundo y nos ha dado el gozo y la responsabilidad de unirnos a Él en esa obra. Los niños son un ejemplo de esto. Para muchos de nosotros, nuestros hijos representan el impacto más significativo y duradero que tendremos en el mundo (vv. 3–5). Cuando nuestra capacidad de trabajo comience a decaer con la edad, nuestros hijos estarán llegando a la flor de la vida. Si bien nuestro trabajo en sus vidas puede estar llegando a su fin, Dios los creó y continuará obrando a través de ellos.
Hoy, ya sea que trabajes en una oficina o en casa, deja que todo lo que hagas esté imbuido de la conciencia de que Aquel a quien sirves es Dios mismo. Alaba a Dios hoy por el gozo de participar en Su obra en el mundo.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Salmos+127%E2%80%93128&amp;version=NVI">Salmos 127&ndash;128</a>
&iquest;Sab&iacute;as que fuimos creados para trabajar? Dios dise&ntilde;&oacute; el trabajo como algo bueno, record&aacute;ndoles a los israelitas: &ldquo;Trabaja seis d&iacute;as, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer&rdquo; (&Eacute;xodo 20:9). A trav&eacute;s del trabajo, podemos alimentar a los hambrientos, crear hermosas obras de arte, difundir conocimientos, construir hogares y crear productos que sustentan la vida. Sin embargo, nuestra relaci&oacute;n con el trabajo, ordenada por Dios ha sido contaminada por el pecado.
El Salmo 127 habla de nuestra relaci&oacute;n a menudo fren&eacute;tica e inquieta con el trabajo. El salmo comienza record&aacute;ndonos que &ldquo;Si el&nbsp;SE&Ntilde;OR&nbsp;no edifica la casa, en vano se esfuerzan los alba&ntilde;iles. Si el&nbsp;SE&Ntilde;OR&nbsp;no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes&rdquo; (v. 1). Nota que el salmista no dice que el trabajo sea del todo malo. &Eacute;l no dice: &ldquo;Dios trabaja y nos cuida, as&iacute; que es mejor que te vayas a casa y te relajes&rdquo;. El mensaje del salmo est&aacute; en el &ldquo;Si el SE&Ntilde;OR&rdquo; lo permite o no. A menos que reconozcamos que nuestro trabajo est&aacute; en el contexto de la gran obra de Dios. A menos que recordemos que nuestro &eacute;xito en todo depende de Dios. A menos que mantengamos a Dios en el centro, nuestro trabajo se vuelve in&uacute;til.
Es posible trabajar duro y no lograr nada de valor eterno. El <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Salmo+127&amp;version=NVI">Salmo 127</a> nos recuerda que debemos orientar nuestro trabajo hacia Dios. Dios est&aacute; trabajando en el mundo y nos ha dado el gozo y la responsabilidad de unirnos a &Eacute;l en esa obra. Los ni&ntilde;os son un ejemplo de esto. Para muchos de nosotros, nuestros hijos representan el impacto m&aacute;s significativo y duradero que tendremos en el mundo (vv. 3&ndash;5). Cuando nuestra capacidad de trabajo comience a decaer con la edad, nuestros hijos estar&aacute;n llegando a la flor de la vida. Si bien nuestro trabajo en sus vidas puede estar llegando a su fin, Dios los cre&oacute; y continuar&aacute; obrando a trav&eacute;s de ellos.
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<li>Hoy, ya sea que trabajes en una oficina o en casa, deja que todo lo que hagas est&eacute; imbuido de la conciencia de que Aquel a quien sirves es Dios mismo. Alaba a Dios hoy por el gozo de participar en Su obra en el mundo.</li>
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Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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