Lee Filipenses 3:1–6

En el mundo actual, la confianza es un rasgo positivo. Queremos que nuestros hijos sean adultos seguros de sí mismos, por eso les decimos que son únicos, están por encima del promedio y están destinados a la grandeza. Pero el punto de vista de Pablo, como nos dice en Filipenses 3:1–6, es radicalmente diferente. Su confianza no estaba en sí mismo, sino en el poder del Espíritu de Dios.

El apóstol emplea el lenguaje más fuerte que conoce para advertir a los filipenses que estén preparados contra aquellos que reemplazarían la libertad del evangelio con la esclavitud de la ley mosaica. Los llama “perros”, “que hacen el mal” y “mutilan al cuerpo” (v. 2). Esta última referencia es acerca de su afirmación de que era necesario someterse al rito judío de la circuncisión para ser salvo (v. 3). Cuando Pablo los llama “perros”, es posible que haya estado usando un insulto que estos maestros aplicaron a los creyentes gentiles que eran incircuncisos. Si eras incircunciso, se te consideraba inmundo espiritualmente. Estas personas creían que estaban promoviendo la justicia, pero en realidad estaban haciendo el mal porque su enseñanza minimizaba el evangelio.

Si alguien tenía derecho a confiar en su desempeño religioso, ¡debería haber sido Pablo! Enumera sus credenciales en el versículo 5. Pablo era judío de nacimiento y fue circuncidado de niño. Había observado la ley de Moisés y era miembro de uno de sus partidos más estrictos. Su devoción fue tan fuerte que persiguió a la iglesia. Según los estándares de este sistema, Pablo sería considerado impecable. Pero cuando se enfrentó al Cristo resucitado, todo cambió (Hechos 9:1–6).

Lo mejor que le pasó a Pablo fue perder la confianza en sí mismo. Antes de que pudiera volverse verdaderamente justo, necesitaba ver que todo lo que hacía por su cuenta había fallado.
¿En qué depositas tu confianza? La única forma de servir a Dios es por medio del Espíritu, y la única forma de tener el Espíritu es por la fe en Jesucristo. No te concentres en tu propio esfuerzo. Mira a Jesús para que te haga justo.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Filipenses+3%3A1%E2%80%936&amp;version=NVI">Filipenses 3:1&ndash;6</a>
En el mundo actual, la confianza es un rasgo positivo. Queremos que nuestros hijos sean adultos seguros de s&iacute; mismos, por eso les decimos que son &uacute;nicos, est&aacute;n por encima del promedio y est&aacute;n destinados a la grandeza. Pero el punto de vista de Pablo, como nos dice en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Filipenses+3%3A1%E2%80%936&amp;version=NVI">Filipenses 3:1&ndash;6</a>, es radicalmente diferente. Su confianza no estaba en s&iacute; mismo, sino en el poder del Esp&iacute;ritu de Dios.
El ap&oacute;stol emplea el lenguaje m&aacute;s fuerte que conoce para advertir a los filipenses que est&eacute;n preparados contra aquellos que reemplazar&iacute;an la libertad del evangelio con la esclavitud de la ley mosaica. Los llama &ldquo;perros&rdquo;, &ldquo;que hacen el mal&rdquo; y &ldquo;mutilan al cuerpo&rdquo; (v. 2). Esta &uacute;ltima referencia es acerca de su afirmaci&oacute;n de que era necesario someterse al rito jud&iacute;o de la circuncisi&oacute;n para ser salvo (v. 3). Cuando Pablo los llama &ldquo;perros&rdquo;, es posible que haya estado usando un insulto que estos maestros aplicaron a los creyentes gentiles que eran incircuncisos. Si eras incircunciso, se te consideraba inmundo espiritualmente. Estas personas cre&iacute;an que estaban promoviendo la justicia, pero en realidad estaban haciendo el mal porque su ense&ntilde;anza minimizaba el evangelio.
Si alguien ten&iacute;a derecho a confiar en su desempe&ntilde;o religioso, &iexcl;deber&iacute;a haber sido Pablo! Enumera sus credenciales en el vers&iacute;culo 5. Pablo era jud&iacute;o de nacimiento y fue circuncidado de ni&ntilde;o. Hab&iacute;a observado la ley de Mois&eacute;s y era miembro de uno de sus partidos m&aacute;s estrictos. Su devoci&oacute;n fue tan fuerte que persigui&oacute; a la iglesia. Seg&uacute;n los est&aacute;ndares de este sistema, Pablo ser&iacute;a considerado impecable. Pero cuando se enfrent&oacute; al Cristo resucitado, todo cambi&oacute; (Hechos 9:1&ndash;6).
Lo mejor que le pas&oacute; a Pablo fue perder la confianza en s&iacute; mismo. Antes de que pudiera volverse verdaderamente justo, necesitaba ver que todo lo que hac&iacute;a por su cuenta hab&iacute;a fallado.
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<li>&iquest;En qu&eacute; depositas tu confianza? La &uacute;nica forma de servir a Dios es por medio del Esp&iacute;ritu, y la &uacute;nica forma de tener el Esp&iacute;ritu es por la fe en Jesucristo. No te concentres en tu propio esfuerzo. Mira a Jes&uacute;s para que te haga justo.</li>
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Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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