Lee Josué 2:1–11

En tiempos de guerra se completan misiones de recopilación de información que solo pueden realizar los soldados en tierra. En el pasaje de hoy, Josué inició su propia operación de inteligencia sobre el terreno. En lugar de correr precipitadamente a la batalla, envió espías a Jericó, la ciudad más estratégica y fortificada de la región.

Los espías llegaron después del anochecer y fueron directamente a la casa de Rajab, una ramera. ¿Por irían a este lugar de mala reputación? Primero, probablemente fue fácil para los extranjeros en la ciudad entrar a su casa sin levantar sospechas. En segundo lugar, su popular lugar de trabajo habría sido una fuente estratégica de información. Y tercero, ubicado en la muralla de la ciudad, ofrecía una vía de escape rápida si era necesario. La noticia de la presencia de los espías llegó inmediatamente al rey. Jericó estaba en alerta extrema y sus residentes tenían buenas razones para tener miedo. El Dios de Israel estaba moviéndose.

Providencialmente, sin embargo, Rajab comprendió la misión de los espías y estuvo de acuerdo en ayudarles. Se puso en acción y escondió a los espías bajo tallos de lino. Luego arriesgó su propia seguridad mintiendo a los hombres del rey cuando tocaron a su puerta.

Con la amenaza inmediata disminuida, Rajab se dirigió a los espías. Ella comenzó con un reconocimiento: “Yo sé que el SEÑOR les ha dado esta tierra” y una admisión, “todos los habitantes del país están muertos de miedo ante ustedes” (v. 9). Entonces, Rajab hizo esta impactante declaración: “Yo sé que el SEÑOR y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra” (v. 11b).

Como cananea, Rajab se habría criado para adorar a muchos dioses. Sin embargo, en ese momento crucial, ella declaró que el Dios de Israel es el único Dios verdadero, que gobierna, sobre todo.
En nuestra cultura, con sus muchos dioses, ¿con qué audacia declaramos que el Señor es el único Dios verdadero? Considera lo que puedes aprender de la declaración pública y arriesgada de Rajab. Considera cómo puedes hablar con valentía en nombre de Dios hoy.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Josu%C3%A9+2%3A1%E2%80%9311&amp;version=NVI">Josu&eacute; 2:1&ndash;11</a>
En tiempos de guerra se completan misiones de recopilaci&oacute;n de informaci&oacute;n que solo pueden realizar los soldados en tierra. En el pasaje de hoy, Josu&eacute; inici&oacute; su propia operaci&oacute;n de inteligencia sobre el terreno. En lugar de correr precipitadamente a la batalla, envi&oacute; esp&iacute;as a Jeric&oacute;, la ciudad m&aacute;s estrat&eacute;gica y fortificada de la regi&oacute;n.
Los esp&iacute;as llegaron despu&eacute;s del anochecer y fueron directamente a la casa de Rajab, una ramera. &iquest;Por ir&iacute;an a este lugar de mala reputaci&oacute;n? Primero, probablemente fue f&aacute;cil para los extranjeros en la ciudad entrar a su casa sin levantar sospechas. En segundo lugar, su popular lugar de trabajo habr&iacute;a sido una fuente estrat&eacute;gica de informaci&oacute;n. Y tercero, ubicado en la muralla de la ciudad, ofrec&iacute;a una v&iacute;a de escape r&aacute;pida si era necesario. La noticia de la presencia de los esp&iacute;as lleg&oacute; inmediatamente al rey. Jeric&oacute; estaba en alerta extrema y sus residentes ten&iacute;an buenas razones para tener miedo. El Dios de Israel estaba movi&eacute;ndose.
Providencialmente, sin embargo, Rajab comprendi&oacute; la misi&oacute;n de los esp&iacute;as y estuvo de acuerdo en ayudarles. Se puso en acci&oacute;n y escondi&oacute; a los esp&iacute;as bajo tallos de lino. Luego arriesg&oacute; su propia seguridad mintiendo a los hombres del rey cuando tocaron a su puerta.
Con la amenaza inmediata disminuida, Rajab se dirigi&oacute; a los esp&iacute;as. Ella comenz&oacute; con un reconocimiento: &ldquo;Yo s&eacute; que el SE&Ntilde;OR les ha dado esta tierra&rdquo; y una admisi&oacute;n, &ldquo;todos los habitantes del pa&iacute;s est&aacute;n muertos de miedo ante ustedes&rdquo; (v. 9). Entonces, Rajab hizo esta impactante declaraci&oacute;n: &ldquo;Yo s&eacute; que el&nbsp;SE&Ntilde;OR&nbsp;y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra&rdquo; (v. 11b).
Como cananea, Rajab se habr&iacute;a criado para adorar a muchos dioses. Sin embargo, en ese momento crucial, ella declar&oacute; que el Dios de Israel es el &uacute;nico Dios verdadero, que gobierna, sobre todo.
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<li>En nuestra cultura, con sus muchos dioses, &iquest;con qu&eacute; audacia declaramos que el Se&ntilde;or es el &uacute;nico Dios verdadero? Considera lo que puedes aprender de la declaraci&oacute;n p&uacute;blica y arriesgada de Rajab. Considera c&oacute;mo puedes hablar con valent&iacute;a en nombre de Dios hoy.</li>
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Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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