Lee Deuteronomio 31:1–30

Los tiempos de transición de liderazgo para una nación suelen estar plagados de incertidumbre. Esto era especialmente cierto en el mundo antiguo. Moisés había guiado a la nación de Israel durante cuarenta años a través de algunas de las circunstancias más desafiantes y difíciles. Los había llevado al borde de la Tierra Prometida. Ahora era el momento de pasar el manto del liderazgo a la siguiente generación.

Dos verdades importantes ayudarían a Israel a hacer esta transición. Primero, Israel necesitaba reconocer que su gobernante máximo era el Señor. Su éxito no se debía a la grandeza de sus líderes humanos. Israel fue redimida de la esclavitud en Egipto gracias a la mano poderosa del Señor. Fueron sostenidos a través del desierto por el maná y el agua provistas por el Señor. Cuando entraran en la tierra, el Señor pelearía sus batallas (v. 5). Su esperanza máxima no descansaba en ningún líder humano. Este es un buen recordatorio para nosotros también hoy.

La segunda verdad que Israel necesitaba aceptar era que el Señor le había dado la Ley. No tenían que adivinar lo que el Señor requería de ellos. La Ley era la revelación de Dios. No era un conocimiento secreto, sino que debía ser leída, meditada y enseñada a toda la nación. Moisés ordenó a los sacerdotes que leyeran toda la ley delante de toda la nación una vez cada siete años (vv. 10–13). La razón era que cada generación “aprenderán a temer al SEÑOR tu Dios” (v. 13). Una vez más, Israel no tenía que confiar en un experto héroe militar para permanecer en la tierra, sino que estaba llamada a prestar atención atenta a la palabra de Dios. Nosotros también estamos llamados a seguir y obedecer sabiendo que el Señor está con nosotros (v. 6; Mateo 28:20).
Así como los sacerdotes leían toda la ley, a nosotros nos fortalece la lectura de la Palabra de Dios. ¿Cómo la práctica de la lectura de la Biblia a ha ayudado tu caminar con el Señor?

Ora con nosotros

Enséñanos, Padre, a prestar atención a cada una de Tus palabras, a buscar solo Tu rostro y a buscar Tu presencia en nuestras vidas. Es una alegría saber que nos cuidas y luchas nuestras batallas por nosotros. Deuteronomio 30: 19-20.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Deuteronomio%2031%3A1%E2%80%9330&amp;version=NVI">Deuteronomio 31:1&ndash;30</a>
Los tiempos de transici&oacute;n de liderazgo para una naci&oacute;n suelen estar plagados de incertidumbre. Esto era especialmente cierto en el mundo antiguo. Mois&eacute;s hab&iacute;a guiado a la naci&oacute;n de Israel durante cuarenta a&ntilde;os a trav&eacute;s de algunas de las circunstancias m&aacute;s desafiantes y dif&iacute;ciles. Los hab&iacute;a llevado al borde de la Tierra Prometida. Ahora era el momento de pasar el manto del liderazgo a la siguiente generaci&oacute;n.
Dos verdades importantes ayudar&iacute;an a Israel a hacer esta transici&oacute;n. Primero, Israel necesitaba reconocer que su gobernante m&aacute;ximo era el Se&ntilde;or. Su &eacute;xito no se deb&iacute;a a la grandeza de sus l&iacute;deres humanos. Israel fue redimida de la esclavitud en Egipto gracias a la mano poderosa del Se&ntilde;or. Fueron sostenidos a trav&eacute;s del desierto por el man&aacute; y el agua provistas por el Se&ntilde;or. Cuando entraran en la tierra, el Se&ntilde;or pelear&iacute;a sus batallas (v. 5). Su esperanza m&aacute;xima no descansaba en ning&uacute;n l&iacute;der humano. Este es un buen recordatorio para nosotros tambi&eacute;n hoy.
La segunda verdad que Israel necesitaba aceptar era que el Se&ntilde;or le hab&iacute;a dado la Ley. No ten&iacute;an que adivinar lo que el Se&ntilde;or requer&iacute;a de ellos. La Ley era la revelaci&oacute;n de Dios. No era un conocimiento secreto, sino que deb&iacute;a ser le&iacute;da, meditada y ense&ntilde;ada a toda la naci&oacute;n. Mois&eacute;s orden&oacute; a los sacerdotes que leyeran toda la ley delante de toda la naci&oacute;n una vez cada siete a&ntilde;os (vv. 10&ndash;13). La raz&oacute;n era que cada generaci&oacute;n &ldquo;aprender&aacute;n a temer al&nbsp;SE&Ntilde;OR&nbsp;tu Dios&rdquo; (v. 13). Una vez m&aacute;s, Israel no ten&iacute;a que confiar en un experto h&eacute;roe militar para permanecer en la tierra, sino que estaba llamada a prestar atenci&oacute;n atenta a la palabra de Dios. Nosotros tambi&eacute;n estamos llamados a seguir y obedecer sabiendo que el Se&ntilde;or est&aacute; con nosotros (v. 6; <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%2028%3A20&amp;version=NVI">Mateo 28:20</a>).
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<li>As&iacute; como los sacerdotes le&iacute;an toda la ley, a nosotros nos fortalece la lectura de la Palabra de Dios. &iquest;C&oacute;mo la pr&aacute;ctica de la lectura de la Biblia a ha ayudado tu caminar con el Se&ntilde;or?</li>
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Ora con nosotros
Ens&eacute;&ntilde;anos, Padre, a prestar atenci&oacute;n a cada una de Tus palabras, a buscar solo Tu rostro y a buscar Tu presencia en nuestras vidas. Es una alegr&iacute;a saber que nos cuidas y luchas nuestras batallas por nosotros. <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Deuteronomio%2030%3A%2019-20&amp;version=NVI">Deuteronomio 30: 19-20</a>.

Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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Hoy en la palabra

Un estudio b&iacute;blico devocional diario del Instituto B&iacute;blico Moody.

Los tiempos de transición de liderazgo para una nación suelen estar plagados de incertidumbre. Esto era especialmente cierto en el mundo antiguo...

LIDERAZGO EN TRANSICIÓN

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