Lee Deuteronomio 30:11–16; Miqueas 6:6–8

¿Has trabajado alguna vez para un jefe que era imposible de complacer? A veces, esto es el resultado de instrucciones poco claras o expectativas poco razonables. Si alguna vez has estado en esta situación, es posible que te hayas visto obligado a preguntar: “¿Qué es exactamente lo que quieres?”.

Las personas que vivían en las áreas circundantes a Israel experimentaron algo similar. No estaban tratando de complacer a un jefe, sino a dioses, múltiples dioses, para garantizar cierta medida de paz y estabilidad. Para empeorar las cosas, no había un manual sobre cómo complacerlos. Lo que funcionó un día podría no funcionar al siguiente. Los requisitos cambiaban constantemente. ¡Solo podemos imaginar su ansiedad!

Una de las muchas cosas que hizo al Señor, el Dios de Israel, completamente diferente de esos dioses falsos fue que Él nunca cambió y Sus requisitos fueron claramente conocidos. No había ningún conocimiento secreto que adquirir y no había que adivinar. Dios ya le había dicho a Su pueblo exactamente lo que le agradaría. Ve cómo describió esta expectativa en Deuteronomio 30: “Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. No está arriba en el cielo. . . . Tampoco está más allá del océano. . . . ¡No! La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas. . . . Hoy te ordeno que ames al SEÑOR tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes” (vv. 11–16).

El Señor no jugaba a las adivinanzas durante la época de Miqueas, y tampoco lo hace ahora. Él ha dejado en claro lo que le agrada.
Las expectativas que Dios tiene de nosotros están claramente descritas en las Escrituras. Puede ser tentador elegir y decidir qué haremos o no haremos. Pero no hay confusión con Dios. Su camino está claramente indicado para nosotros.

Lee <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Deuteronomio+30%3A11%E2%80%9316&amp;version=NVI">Deuteronomio 30:11&ndash;16</a>; <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Miqueas+6%3A6%E2%80%938&amp;version=NVI">Miqueas 6:6&ndash;8</a>
&iquest;Has trabajado alguna vez para un jefe que era imposible de complacer? A veces, esto es el resultado de instrucciones poco claras o expectativas poco razonables. Si alguna vez has estado en esta situaci&oacute;n, es posible que te hayas visto obligado a preguntar: &ldquo;&iquest;Qu&eacute; es exactamente lo que quieres?&rdquo;.
Las personas que viv&iacute;an en las &aacute;reas circundantes a Israel experimentaron algo similar. No estaban tratando de complacer a un jefe, sino a dioses, m&uacute;ltiples dioses, para garantizar cierta medida de paz y estabilidad. Para empeorar las cosas, no hab&iacute;a un manual sobre c&oacute;mo complacerlos. Lo que funcion&oacute; un d&iacute;a podr&iacute;a no funcionar al siguiente. Los requisitos cambiaban constantemente. &iexcl;Solo podemos imaginar su ansiedad!
Una de las muchas cosas que hizo al Se&ntilde;or, el Dios de Israel, completamente diferente de esos dioses falsos fue que &Eacute;l nunca cambi&oacute; y Sus requisitos fueron claramente conocidos. No hab&iacute;a ning&uacute;n conocimiento secreto que adquirir y no hab&iacute;a que adivinar. Dios ya le hab&iacute;a dicho a Su pueblo exactamente lo que le agradar&iacute;a. Ve c&oacute;mo describi&oacute; esta expectativa en <a href="https://www.biblegateway.com/passage/?search=Deuteronomio+30&amp;version=NVI">Deuteronomio 30</a>: &ldquo;Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni est&aacute; fuera de tu alcance. No est&aacute; arriba en el cielo. . . . Tampoco est&aacute; m&aacute;s all&aacute; del oc&eacute;ano. . . . &iexcl;No! La palabra est&aacute; muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el coraz&oacute;n, para que la obedezcas. . . . Hoy te ordeno que ames al&nbsp;SE&Ntilde;OR&nbsp;tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes&rdquo; (vv. 11&ndash;16).
El Se&ntilde;or no jugaba a las adivinanzas durante la &eacute;poca de Miqueas, y tampoco lo hace ahora. &Eacute;l ha dejado en claro lo que le agrada.
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<li>Las expectativas que Dios tiene de nosotros est&aacute;n claramente descritas en las Escrituras. Puede ser tentador elegir y decidir qu&eacute; haremos o no haremos. Pero no hay confusi&oacute;n con Dios. Su camino est&aacute; claramente indicado para nosotros.</li>
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Un estudio bíblico devocional diario del Instituto Bíblico Moody.

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