Desde la infancia son muchas las cosas que nos enseñan a los varones para ser “bien machitos”. Desde escupir o levantar cosas pesadas, hasta abrir un frasco al primer intento o aprender a hacer asados. Lo que importa es pelear por algo, ser el
que domina la situació, no parecer debil. Pero, en los últimos años empezamos a hablar de la necesidad de forjar nuevas masculinidades.