Marta había terminado de lavar los cubiertos y Gilbert comienza a secar los cuchillos junto a ella. Marta no quiere continuar con la apuesta de adivinar lo que hay en la dichosa caja y no se fía de aquel niño. El charcutero, además, ya le había advertido esa mañana sobre el comportamiento Gilbert. Todo el pueblo comenta que algo terrible le debió hacer a la anterior chica que cuidaba de la casa. El charcutero le recomienda a Marta mantener la puerta cerrada por la noche.
Para Gilbert todo lo que hay alrededor es un juego, incluidas las personas que le acompañan...
Guion: Richard Amilton
Narrador: Narciso Ibáñez Serrador
Este es el segundo episodio de cuatro del relato Las brujas de Gilbert.