El inquilino número 31 de la Casa Blanca tuvo que lidiar con los terribles efectos de la Gran Depresión, pero demostró ser un astuto gestor de sus finanzas personales.
Herbert Hoover tuvo la mala suerte de convertirse en presidente en el año más negro de la historia de Estados Unidos: 1929. Tuvo que lidiar, así, con los efectos de la Gran Depresión, un periodo tan nefasto que precipitó su salida de la Casa Blanca apenas cuatro años después. Pese a todo, fue un destacado magnate y un experto gestor que se hizo a sí mismo con tanto acierto que se convirtió en uno de los presidentes más ricos de Estados Unidos, con un patrimonio de más de 120 millones de dólares antes de colgarse las llaves de la Casa Blanca.
Clara Ruiz de Gauna, redactora jefe del periódico y autora de la saga sobre los personajes que han hecho historia en el mundo financiero que se publica todas las semanas en EXPANSIÓN, y los redactores del periódico Amaia Ormaetxea y Antonio Santamaría analizan el legado de este genio de las finanzas.