Nuestra protagonista de esta semana, Vicky Vilariño, volvió hace unos meses de Tokio con un diploma paralímpico debajo del brazo, algo que debe ser considerado todo un éxito porque era la primera vez que el equipo femenino participaba en unos juegos a través de la vía de la clasificación preolímpica. La única ocasión en la que una selección femenina de baloncesto de baloncesto en silla de ruedas había participado en unos Juegos fue en el 92 pero lo hizo en calidad de equipo del país anfitrión. Así que acudir a la cita de Tokio implicó un mayor esfuerzo y tiene mayor mérito que la de Barcelona. Si a eso le añadimos que no existe Liga Femenina en España, que las jugadoras no son profesionales, entrenan cuando acaban sus jornadas laborales y compiten en sus días de vacaciones, el mérito aumenta. Sin embargo, los nombres de estas jugadoras a penas son conocidos. En Femenino Singular quisimos dar a conocer a una de las mejores clase 4 del baloncesto español e internacional: Vicky Vilariño. 

En la sección de Irina Rodríguez, 'Entrenamiento Invisible', hablamos de la ventana metabólica.