En la última jornada del XXXVII Congreso de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), celebrado en Castellón, conversamos con Miguel Ortiz, subdirector del Área de Abastecimiento de FACSA. Ortiz compartió las conclusiones de su ponencia sobre la mejora de la eficiencia energética en el abastecimiento del agua, una iniciativa desarrollada junto con la Diputación de Castellón y la Universidad Politécnica de Valencia.

El estudio, que se llevó a cabo durante un año, se centró en analizar los sistemas de abastecimiento en alta más importantes de la provincia de Castellón: el consorcio del Pla del Arc y el consorcio de la Plana. "Hay un gran consumo de energía eléctrica en estos sistemas, por lo que cualquier estudio para mejorar la eficiencia energética resulta en ahorros significativos tanto energéticos como económicos", explica Ortiz. La metodología novedosa desarrollada junto con la Universidad Politécnica de Valencia, conocida como la herramienta EnErgos, permite calificar energéticamente las instalaciones con una escala de la A a la G, similar a la de los electrodomésticos.

La implementación de esta herramienta ha revelado que las mayores consumidoras de energía eléctrica en estos sistemas son los pozos de captación de agua. Ortiz destaca que el potencial de ahorro asciende a unos 250.000 euros al año si se aplican todas las medidas identificadas en el estudio. "La principal medida consiste en recuperar la energía eléctrica en los puntos de entrega a los municipios, utilizando turbinas de generación eléctrica para autoconsumo", detalla.

Estas inversiones, aunque requieren financiación, tienen periodos de retorno inferiores a tres años, lo que las hace factibles y económicamente viables. "Cada pequeña inversión que se realice tendrá un retorno, y no es necesario hacer todas las inversiones de una sola vez", señala Ortiz.

El estudio se circunscribió a la provincia de Castellón, pero FACSA aplica metodologías similares en todas las provincias donde opera, logrando niveles de eficiencia comparables. Las inversiones necesarias para estas mejoras recaen en los consorcios, que dependen de la Diputación de Castellón y los ayuntamientos miembros.

Más allá del ahorro económico, Ortiz subraya los beneficios ambientales de estas medidas, incluyendo la reducción de emisiones de CO2. "Podríamos reducir entre un 10% y un 20% de los kilovatios consumidos, lo que se traduce directamente en menores emisiones de CO2", afirma.

Además de los consorcios provinciales, el estudio incluyó un análisis piloto de un pequeño municipio de Castellón, desarrollando una hoja de ruta y una metodología aplicable a cualquier sistema de abastecimiento en la provincia. "Esta herramienta queda a disposición de la Diputación de Castellón y sus técnicos, quienes pueden aplicarla en el futuro a otros abastecimientos", añade Ortiz.

La eficiencia energética es solo uno de los muchos retos en el abastecimiento de agua. Ortiz menciona la situación de sequía prolongada que enfrenta la provincia de Castellón, que podría llevar no solo a la escasez de agua sino también a problemas de calidad. "Las nuevas reglas de juego de la reglamentación técnico-sanitaria, aprobada en 2023, han impuesto niveles más estrictos en ciertos parámetros de calidad del agua", advierte. Aunque actualmente no hay problemas graves, es esencial estar preparados para futuras complicaciones.

Miguel Ortiz concluye destacando la importancia de ser conscientes de estos cambios regulatorios y de continuar invirtiendo en mejoras que garanticen un suministro de agua eficiente y sostenible. "Es crucial tener presente que las exigencias en la calidad del agua han cambiado y debemos estar preparados para enfrentarlas", concluye.

En la última jornada del XXXVII Congreso de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), celebrado en Castellón, conversamos con Miguel Ortiz, subdirector del Área de Abastecimiento de FACSA. Ortiz compartió las conclusiones de su ponencia sobre la mejora de la eficiencia energética en el abastecimiento del agua, una iniciativa desarrollada junto con la Diputación de Castellón y la Universidad Politécnica de Valencia.
El estudio, que se llevó a cabo durante un año, se centró en analizar los sistemas de abastecimiento en alta más importantes de la provincia de Castellón: el consorcio del Pla del Arc y el consorcio de la Plana. "Hay un gran consumo de energía eléctrica en estos sistemas, por lo que cualquier estudio para mejorar la eficiencia energética resulta en ahorros significativos tanto energéticos como económicos", explica Ortiz. La metodología novedosa desarrollada junto con la Universidad Politécnica de Valencia, conocida como la herramienta EnErgos, permite calificar energéticamente las instalaciones con una escala de la A a la G, similar a la de los electrodomésticos.
La implementación de esta herramienta ha revelado que las mayores consumidoras de energía eléctrica en estos sistemas son los pozos de captación de agua. Ortiz destaca que el potencial de ahorro asciende a unos 250.000 euros al año si se aplican todas las medidas identificadas en el estudio. "La principal medida consiste en recuperar la energía eléctrica en los puntos de entrega a los municipios, utilizando turbinas de generación eléctrica para autoconsumo", detalla.
Estas inversiones, aunque requieren financiación, tienen periodos de retorno inferiores a tres años, lo que las hace factibles y económicamente viables. "Cada pequeña inversión que se realice tendrá un retorno, y no es necesario hacer todas las inversiones de una sola vez", señala Ortiz.
El estudio se circunscribió a la provincia de Castellón, pero FACSA aplica metodologías similares en todas las provincias donde opera, logrando niveles de eficiencia comparables. Las inversiones necesarias para estas mejoras recaen en los consorcios, que dependen de la Diputación de Castellón y los ayuntamientos miembros.
Más allá del ahorro económico, Ortiz subraya los beneficios ambientales de estas medidas, incluyendo la reducción de emisiones de CO2. "Podríamos reducir entre un 10% y un 20% de los kilovatios consumidos, lo que se traduce directamente en menores emisiones de CO2", afirma.
Además de los consorcios provinciales, el estudio incluyó un análisis piloto de un pequeño municipio de Castellón, desarrollando una hoja de ruta y una metodología aplicable a cualquier sistema de abastecimiento en la provincia. "Esta herramienta queda a disposición de la Diputación de Castellón y sus técnicos, quienes pueden aplicarla en el futuro a otros abastecimientos", añade Ortiz.
La eficiencia energética es solo uno de los muchos retos en el abastecimiento de agua. Ortiz menciona la situación de sequía prolongada que enfrenta la provincia de Castellón, que podría llevar no solo a la escasez de agua sino también a problemas de calidad. "Las nuevas reglas de juego de la reglamentación técnico-sanitaria, aprobada en 2023, han impuesto niveles más estrictos en ciertos parámetros de calidad del agua", advierte. Aunque actualmente no hay problemas graves, es esencial estar preparados para futuras complicaciones.
Miguel Ortiz concluye destacando la importancia de ser conscientes de estos cambios regulatorios y de continuar invirtiendo en mejoras que garanticen un suministro de agua eficiente y sostenible. "Es crucial tener presente que las exigencias en la calidad del agua han cambiado y debemos estar preparados para enfrentarlas", concluye.

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