En España, se construyeron más de 100 sanatorios para tratar a enfermos de tuberculosis a lo largo del siglo XX.
Ahora el tiempo es testigo del desgaste de estos preventorios, emplazados en lugares remotos de nuestras provincias, ocultos entre la vegetación de las montañas, sobreviviendo al clima, y al vandalismo, mientras sus paredes aún encierran el recuerdo de los que padecieron la que fuera la mayor enfermedad de Europa décadas atrás