Pedro Arrojo y Olga Alcaraz en diálogos con Teodoro León
Hoy en día sabemos que el planeta Tierra no es una fuente inagotable de recursos. Su sobreexplotación y la contaminación resultante amenazan la supervivencia de diversas especies, incluida la humana. La propia noción de naturaleza ha sufrido una evolución histórica: mientras que las civilizaciones agrarias la concebían como fuente divina y animada a la que debíamos agradecer su sustento, en la Ilustración culmina una revolución copernicana que la considera como un ente mecánico y desprovisto de alma, susceptible de ser explotado por la humanidad para su propio beneficio. Actualmente, la crisis ecológica demanda con urgencia un cambio de paradigma. ¿Sabremos estar a la altura?