José Miguel Mulet y Juanjo Martínez en diálogos con Cristina Monge.
Según el Programa Mundial de Alimentos, la agencia de ayuda alimentaria de la ONU, una de cada nueve personas no puede llevar una vida activa y saludable por falta de alimentos: el hambre es el mayor riesgo de salud para 795 millones de personas. Más de tres millones de niños mueren al año de desnutrición, aunque, si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos, este número se reduciría en 150 millones. En este contexto, plantear la relación entre agricultura, alimentación, sociedad y salud es una cuestión de supervivencia ética. Los países industrializados practican la agricultura y la pesca intensiva con métodos muy mecanizados que explotan sin medida recursos naturales, poniendo en jaque la salud humana y la del planeta. ¿Tenemos respuestas para estos retos desde la acción personal y la global?