Como bien sabes, Donald Trump ha sufrido un atentado. Solo un pequeño movimiento de cabeza le ha salvado la vida, un par de centímetros que hubieran tenido consecuencias fatales y cambiado la historia. El atentado le ha dejado al expresidente —y candidato republicano— una herida en la oreja y una imagen para la historia. La pregunta, además de cómo ha podido pasar una cosa así, es cómo puede afectar a las elecciones. Lo analizamos con Pablo R. Suanzes, corresponsal de EL MUNDO en Washington