Muchas veces como presbítero de la Iglesia Católica presencié matrimonios, fui testigo de cómo muchas parejas se comprometían a amarse durante toda la vida y celebraban el sacramento del matrimonio. También fui testigo, conciliador, mediador en muchos conflictos de pareja; algunas veces podían construir soluciones estando juntos y otras veces tenían que separarse inteligentemente. Esas experiencias me hicieron entender que esa decisión exige un alto grado de madurez, porque la construcción de un proyecto común en la convivencia diaria, nunca es fácil, a pesar de que en el enamoramiento se crea que sí. 

<p>Muchas veces como presb&iacute;tero de la Iglesia Cat&oacute;lica presenci&eacute; matrimonios, fui testigo de c&oacute;mo muchas parejas se compromet&iacute;an a amarse durante toda la vida y celebraban el sacramento del matrimonio. Tambi&eacute;n fui testigo, conciliador, mediador en muchos conflictos de pareja; algunas veces pod&iacute;an construir soluciones estando juntos y otras veces ten&iacute;an que separarse inteligentemente. Esas experiencias me hicieron entender que esa decisi&oacute;n exige un alto grado de madurez, porque la construcci&oacute;n de un proyecto com&uacute;n en la convivencia diaria, nunca es f&aacute;cil, a pesar de que en el enamoramiento se crea que s&iacute;.&nbsp;</p>

Lo mejor de las columnas de opinión y las reflexiones del Padre Alberto Linero en BLU Radio.

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