Tras superar la sorpresa inicial al saberse beneficiarios de la herencia de Odette, los protagonistas de la época actual comienzan a hacer cábalas sobre el uso que harán del dinero que van a recibir, unos con más ilusión que otros.
Paralelamente, la historia sigue en el París de los 60. Odette y Satur avanzan en su relación con perspectivas bien diferentes. Ella imaginando tener su propio negocio, mientras él se gasta el poco dinero que gana en la cantina de la casa española de París, a la que acuden buena parte de los emigrantes de nuestro país.