La irrupción de las cadenas privadas trajo consigo un complejo industrial de la belleza: la tele española se llenó de chicas jóvenes, guapas y simpáticas que valían para lo que hiciera falta. Presentadoras, bailarinas, azafatas, actrices, cantantes... lo que años después la cultura popular bautizaría con el término “mocatriz”. Mar Flores fue una de las más rutilantes, pero su ascenso a la fama estuvo lleno de todo tipo de violencias machistas.