Ottis Toole tuvo una infancia diferente. Mientras otros niños jugaban con la pelota y se perseguían entre sí, este pequeño retraído que, inclusive aseguraban que tenía retraso mental por su bajo coeficiente intelectual, era humillado por su madre, una fanática religiosa.

Y, por si fuera poco, algunas versiones sugieren que fue abusado sexualmente por su hermana y usado por su abuela, una satanista declarada, para rituales diabólicos, como el robo de tumbas y la autoflagelación.

Nadie se imaginaría que, con tan solo 14 años de edad, Ottis Toole habría cometido su primer asesinato, cuando un vendedor le propuso tener relaciones sexuales con él. Toole lo atropelló con su mismo auto y nunca le imputaron cargos.

Este adolescente no se graduó de la escuela secundaria y decidió abandonarla en el noveno grado para emprender otra carrera: la de un asesino en serie. Se hablan de más de 100 asesinatos, aunque algunos creen que exageró sus matanzas y solo acabó con la vida de seis personas.

Secuestrador, mutilador, asesino y caníbal. Ottis Toole fue eso y más.