Marina Beltrame, la primera sommelier con título del país 

Digo vino, digo mujer, y digo ella:  Marina Beltrame. 
Directora de la primera Escuela argentina de sommeliers, hace 24 años. Se formó fuera del país, cuando en Argentina no había formación profesional. Inicialmente, tuvo el título de Técnica en Administración Hotelera, pero un día un fabricante de corchos la descubrió y la invitó a viajar a París a estudiar la carrera de sommelier en la École des métiers de la Table.  
Pionera en su rubro, volvió al país y con la ayuda de sus amigos, y una tenacidad y entusiasmo desbordante, apostó por sus deseos: enseñó a conocer el mundo de los vinos de una manera muy particular.  
Una historia de esfuerzo, estudio y dedicación.  
De niña, Marina, aprendió y sabe comunicarse de una manera diferente, ya que sus padres eran hipoacúsicos.  
Cuando le pregunto por cuándo llegó el vino a su vida, recuerda que, en su familia de clase media, tomaban vino todos los días, día y noche. Ella habla de cuando el vino venía en dama juanas, en cartón, y no se preguntaba, se servía: “Siempre había vino en mi casa, no había gaseosas, la Coca Cola solo se permitía en cumpleaños”, así que lo recuerda como algo cotidiano. “Yo tomaba vino con soda desde chiquita y es curioso porque en ese tiempo creo que muchos chicos tomaban vino con soda, parecía normal, hoy es rarísimo”. 
De estudiante a docente y de docente a empresaria. Siempre eligió volver al país, aun con todas las posibilidades de poder trabajar y radicarse en el exterior.  
Asegura que ser mujer la ayudó a romper con todos los prejuicios e ingresar de una manera disruptiva a un mundo que parecía absolutamente masculino. 
Para finalizar, a la hora de levantar una copa, Marina elige brindar por el amor.

Marina Beltrame, la primera sommelier con título del país    Digo vino, digo mujer, y digo ella:  Marina Beltrame.  Directora de la primera Escuela argentina de sommeliers, hace 24 años. Se formó fuera del país, cuando en Argentina no había formación profesional. Inicialmente, tuvo el título de Técnica en Administración Hotelera, pero un día un fabricante de corchos la descubrió y la invitó a viajar a París a estudiar la carrera de sommelier en la École des métiers de la Table.   Pionera en su rubro, volvió al país y con la ayuda de sus amigos, y una tenacidad y entusiasmo desbordante, apostó por sus deseos: enseñó a conocer el mundo de los vinos de una manera muy particular.   Una historia de esfuerzo, estudio y dedicación.   De niña, Marina, aprendió y sabe comunicarse de una manera diferente, ya que sus padres eran hipoacúsicos.   Cuando le pregunto por cuándo llegó el vino a su vida, recuerda que, en su familia de clase media, tomaban vino todos los días, día y noche. Ella habla de cuando el vino venía en dama juanas, en cartón, y no se preguntaba, se servía: “Siempre había vino en mi casa, no había gaseosas, la Coca Cola solo se permitía en cumpleaños”, así que lo recuerda como algo cotidiano. “Yo tomaba vino con soda desde chiquita y es curioso porque en ese tiempo creo que muchos chicos tomaban vino con soda, parecía normal, hoy es rarísimo”.  De estudiante a docente y de docente a empresaria. Siempre eligió volver al país, aun con todas las posibilidades de poder trabajar y radicarse en el exterior.   Asegura que ser mujer la ayudó a romper con todos los prejuicios e ingresar de una manera disruptiva a un mundo que parecía absolutamente masculino.  Para finalizar, a la hora de levantar una copa, Marina elige brindar por el amor.

Entrevistas sin protocolos y sin editar. Buscamos entender y compartir el lado más íntimo del entrevistado. Queremos mostrar un espacio en donde solo él o ella accede, en el que nos permitirá, por un rato, husmear un poco, solo lo suficiente para que los oyentes comprendan a esa persona desde su lado más humano e imperfecto. Todos tenemos una historia que vale la pena contar. Te invitamos a una charla honesta, donde siempre habrá algo clandestino, transgresor y perverso, porque en la oscuridad es donde acechan los monstruos.

Entrevistas sin protocolos y sin editar. Buscamos entender y compartir el lado más íntimo del entrevistado. Queremos mostrar un espacio en donde solo él o ella accede, en el que nos permitirá, por un rato, husmear un poco, solo lo suficiente para que los oyentes comprendan a esa persona desde su lado más humano e imperfecto. Todos tenemos una historia que vale la pena contar. Te invitamos a una charla honesta, donde siempre habrá algo clandestino, transgresor y perverso, porque en la oscuridad es donde acechan los monstruos.

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