En Génesis 18, Dios hizo una promesa tan sorprendente que Sara se rió.
Las promesas que Él te ha hecho son aún más grandes.
Dios ha prometido salvarte y santificarte, enjugar todas tus lágrimas y habitar contigo en el Paraíso por la eternidad. ¡Esas sí que son promesas!
Pero ¿cómo podemos estar seguros de que se aplican a nosotros (y de que se cumplirán)?
Ese será el enfoque del estudio de hoy.
Preguntas que responderemos:
¿Quiénes eran los tres hombres que se le aparecieron a Abraham en el desierto?
¿Qué promesas le hizo Uno de los hombres a Abraham y a Sara?
¿Por qué se rió Sara y cuál fue la reacción de Dios ante esa risa?